jueves, 10 de septiembre de 2015

2º día Lunes 10/8/15

Después de un desayuno bufet espactacular en el hotel, iniciamos nuestra ruta.
Hoy haremos la parte más céntrica de la ciudad.
Iremos por el Boulevard de París, la calle Bélgica hasta parar a la plaza Koweit, donde se encuentra el Instituto Español Severo Ochoa. Seguiremos por la misma calle hasta el Colegio Español de primaria Ramón y Cajal, al lado del Consulado español de Tánger. Desde allí cogeremos un taxi pequeño hasta el Cementerio de Boubana. Luego otro taxi hasta la zona del barrio Marchán, el Cafe Haffa. Después nos  daremos un baño en la playa y volveremos al hotel para relajarnos en la piscina hasta la hora de la cena.
Empecemos:

Volvemos a encontrarnos en el punto de inicio de todas nuestras rutas, a 7 minutos andando del hotel, el Boulevard Pasteur.

La 1ª parte del recorrido será este:



 Casa de la Deuda Marroquí: (Oficina de Turismo)


Este edificio data de 1910. Durante algunos años fue la sede de la Administración de Control de la Deuda. Más tarde albergó las oficinas de la Administración Internacional. Actualmente es la Oficina de Turismo. Posee también una importante biblioteca.

Sinagoga Chaar Rafael.

El edificio pertenecía a Raphaël Bendrihem y lo legó tras su muerte, en 1951, para que se convirtiera en una sinagoga. Es el único templo hebreo que continua activo en Tánger.

Mirador Sur el-Me’egazin (Plaza Faro) (Popularmente Plaza de los Perezosos, siempre hay gente parada, sin hacer nada)

Bonito mirador desde el que se divisa el estrecho de Gibraltar y las costas españolas, está adornado con varios cañones de bronce.

Famoso café de la ciudad, inaugurado en la década de los años veinte. Acudían a él con frecuencia personajes como: Tennesee Williams, Paul Bowles, Mohamed Choukri, Emilio Sanz de Soto, .. 

Hotel El Minzah. 

Es uno de los hoteles más lujosos de la ciudad fue inaugurado en 1930. Cuenta con un elegante patio central de estilo andalusí.

Casa Menebhi. 

Este edificio ubicado enfrente del hotel Minzah es de estilo ecléctico y presenta ciertos elementos arquitectónicos propios del modernismo, fue realizado en 1910 por el arquitecto Diego Jiménez Armstrong.

Consulado Francés. 

Este elegante edificio fue realizado por los arquitectos Raulín y Dupré, se inauguró en 1929. 

Seguimos el camino por la Calle Bélgica, pasamos por el nuevo y lujoso Club de Tenis, y al fondo se ven las siluetas de la Mezquita Mohamed V y de la Catedral Española. Como se ve es un poco más alta la Mezquita. Esto es debido a la pura competencia ya que el campanario de la Catedral era el punto más alto de cualquier edificio de la ciudad y eso no podía ser. Así que se hizo la mezquita un pelín más alta.



Llegamos a la altura de la Mezquita Mohamed V, imposible entrar y además no les hace ninguna gracia que hagamos fotos ni de lejos. Así que pasamos de largo y llegamos a la plaza Koweit. Vuelve a palpitar de nuevo mi corazón. Mi Instituto, el antiguo IPE (Instituto Politécnico Español) hoy Severo Ochoa, está delante. Tantos recuerdos agolpados, recuerdo mi ingreso a los diez años, su "coto", su teatro, sus pistas de deporte, frontón incluido, dominios del Sr. Mola. Mis profes, especialmente mi preferido, el de Mates, el Sr. Terrero. En fin, me hubiese encantado entrar pero al ser periodo vacacional de verano, estaba todo cerrado.



Siguiendo por la misma acera, llegamos al Colegio Español de Primaria, que sigue manteniendo el nombre, Colegio Ramón y Cajal. Está exactamente igual, bueno con cámaras de seguridad, impensable en mi época. El mismo patio con el busto de D. Ramón en el centro. 



Desde allí, siempre siguiendo la misma calle, a pocos pasos, está el Consulado Español. Allí tenía un tío, Enrique Pacheco, que trabajaba y vivía en la casa del conserje. Qué recuerdos los domingos, cuando aquello estaba vacío, las patadas al balón que pegaba en aquel maravilloso y bien cuidado césped. 



Tenía la intención de hacer una visita poco turística, pero que los sentimientos me tiraban hacía ella. Quería ir al cementerio católico, dónde quedaron los restos de mi abuela paterna, Lola. Mis hijos, pobres, respetaron mis deseos, a fin de cuenta el viaje era un regalo, mi regalo. Así que cogimos un petit taxi azul, que por 50 DH. (5 €) nos dejaría en el barrio de Boubana, a las afueras de la ciudad.
No sabía lo que me encontraría, ya que tenía noticias de que el año pasado se habían producido saqueos y vandalismo en el cementerio.
Al llegar había un conserje que nos hizo mirar un inmenso libro buscando el nombre. Fué una tarea de más de 40 minutos. Aparecido el nombre y el sitio, el sr. decía que era difícil encontrar la tumba ya que no estaban bien indicadas. El tipo lo único que buscaba era su propina, la cual exigió en cuánto la encontró. No respetó ni el momento íntimo y mágico del reencuentro con mi querida abuela. En fín, repito, estas cosas hay que verlas desde otra perspectiva, no con nuestros ojos occidentales y europeos. Por lo menos la tumba estaba intacta y habíamos conseguido nuestro objetivo.





Es hora de descansar un poco y reponer el alma de estas intensas emociones y qué mejor sitio que el famoso Café Hafa en el Barrio de Marchán. Petit taxi de nuevo y allá que nos vamos.
Por el camino podremos ver:
- Los jardines del Marshan, que bajan hacia el mar, con el palacio Real, rodeados de antiguos palacetes, entre ellos el Palacio del Mendoub, embajador del sultán, posterior casa del millonario americano Forbes y museo de miniaturas militares.
- Estadio de Futbol, en el centro de una gran explanada. Y por fin llegamos al:
- Café Hafa, sobre el mar, con vistas del Estrecho de Gibraltar y mítico lugar de encuentro de intelectuales.









Después de este merecido descanso de todos los sentidos, nos encaminamos hacia la:

- Necropolis fenicia, detrás del estadio, dominando el estrecho, se pueden admirar los restos de tumbas fenicias . Este es también un lugar donde se puede disfrutar de impresionantes vistas del atlántico y la costa Española.









Seguimos caminando, hasta llegar de nuevo a la Medina. Bajaremos por la Avda Mohamed VI (Av. de España) hasta la playa.

Ayer decidimos que no podíamos dejar de visitarla. Es inmeso el arenal y todo un espectáculo. La gente se agolpa en la orilla y se conjunta todo. Mujeres vestidas nadando, otras en bañador (las menos), chiquillos corriendo y jugando, padres intentando enseñar a nadar a sus hijos, vendedores de todo tipo de artículos, música a tope, etc. Todo un espectáculo de lo más singular. Recuerdo mis tardes de playa, al lado de casa. Teníamos una caseta de madera, pintada con franjas blancas y azules, dónde nos cambiábamos la ropa, comíamos y hacíamos la siesta. !!Qué recuerdos¡¡




Después de esto, solo nos queda irnos a la piscina del hotel, pequeño oasis dentro de la ciudad y luego preparnos para ir a cenar y vivir la bulliciosa noche tangerina.   

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