miércoles, 9 de septiembre de 2015

3r día Martes 11/8/2015

Por la mañana después del desayuno, dejamos la habitación y nos guardaron en consigna las maletas que recogeríamos por la noche antes de partir hacia la estación de trenes para coger uno hacia Marrakech.
La idea de hoy era la de visitar por dentro la catedral española, ya que ayer solo la vimos por fuera. Luego bajar por la calle San Francisco, Jardines de la Mendoubia,  llegar a la medina , otra vez el Zoco grande y luego coger un taxi para pasar el resto del día en Asilah (en español Arcila)
Empezamos:

Al pasar por la plaza de Francia, en la calle Bélgica, nos sorprendimos al ver que la regulaba el tráfico era una chica. Hace poco esto en Marruecos era impensable.


Seguimos nuestro camino hasta la Catedral Española. Estaba cerrada, pero soy cabezota y mi idea era entrar y volver a revivir mis recuerdos. Así que al ver a unos chicos negros que entraban y salían de una dependencia en el lateral de la iglesia,  con productos de alimentación e higiene, dedujimos que con alguien de dentro podríamos hablar.
Efectivamente nos encontramos con el equipo del TAM (Tanger Accueille Migrants), de la Delegación Diocesana de Migraciones. Hacen una inmensa labor recogiendo a inmigrantes que han sido desalojados de las casas donde vivían. Pues bien, les explicamos mi historia y mi interés por volver a ver la Catedral de mi infancia y con muchísima amabilidad nos abrieron las puertas y pude cumplir mi deseo.

Vídeo de la Catedral.

Acabada esta emocionante visita, nos encaminamos por la calle San Francisco. Esa gran cuesta que cada día subíamos y bajábamos con mi madre y varios chiquillos más, camino de la escuela. Más o menos sigue igual. Si no fuera porque a la izquierda han construido los magníficos jardines de Mendoubia.

Al bajar por la calle San Francisco nos encontramos con numerosos locales donde se trabajan con restos de animales, cuernos, pezuñas, para realizar posteriormente objetos de artesanía turística. Por el olor es facilmente reconocible.





Final de la C/San Francisco al fondo la Gran Mezquita de la Pl. 9 Abril (Zoco grande)


Al final de la calle llegamos a la plaza 9 d'Avril (Zoco Grande). De allí vamos hasta la tumba de Ibn Batouta, explorador y aventurero contemporáneo de Marco Polo. La pequeñísima estancia que se puede visitar estaba cerrada, pero si tienes la curiosidad de verla por dentro, te dejo este vídeo de 1'30''. Está dentro de la Medina. Se va dirección la Kasbah en la calle Gzenaya, está escondido, pero hay carteles indicadores.



 Asilah:

Fuimos a coger un grand taxi, aquellos de color beig, que son los que pueden hacer recorridos largos fuera de la ciudad, para llegar a Arcila. La distancia es de unos 46 km al sur de Tanger, sobre la costa atlantica, en coche por Autopista, la Nacional 1 o en el Ferrocarril.
Nos dijeron que el precio oscilaba entre 200 o 250 Dh. El primer taxista no era demasiado amable, nos pidió 350 Dh y ni negociamos. Nos fuimos. Así que sabíamos que el precio rondaría por esa cantidad ya que no hizo ni amago de regatear. El 2º taxista se prestó al regateo y cerramos el precio por 300 Dh ida y vuelta y nos esperaría allí el tiempo que fuese. Así que nos subimos al coche.
Resultó ser un señor muy amable, su frase cararacterística era siempre "SI, SÑÓ" a todo contestaba "Si, señor", aunque luego la respuesta fuese negativa. Nos contó toda su historia profesional, por qué hablaba español, que había trabajado con la cámara de comercio español, nos habló sobre las injusticias sociales del país, etc. Luego todo el apartado familiar, en fin que fue un viaje agradable y distraído. Si hubiese cogido la Autopista hubiésemos ido más rápido, pero también más caro.  Así que sin preguntarnos decidió coger la Nacional 1. Tardamos en llegar menos de una hora, sobre 45 o 50 minutos.
Lo primero que hicimos fue parar a comer. Ya era tarde y como el señor taxista no había comido tampoco y nos cayó tan bien, le dijimos que le invitábamos pero que nos llevase a un sitio bueno, bonito y barato. Y así lo hizo. Comimos justo delante de la puerta de la Alcazaba y por buen precio. Además nos hizo de traductor. Tal vez un poco lento el servicio, nos trajeron rápido el aperitivo, bebidas, aceitunas y pan, pero los platos tardaron. El buen amigo sr. taxista se zampó casi todas las aceitunas con sus buenos trozos de pan y luego ante nuestra sorpresa, se aposentó bien en la silla y decidió esperar ea que trajesen el menú haciéndose una siestecilla. Si, señor, con dos c... Jajajá¡¡¡¡ que figura.
Quedamos con él dos horas más tarde en el mismo sitio, el se iba a rezar un rato a la mezquita (yo creo que siguió con su siestecilla) y nosotros haríamos la visita de esta preciosa villa. Evidentemente solo recorrimos la parte vieja, la medina,  ya que cómo toda ciudad marroquí, Asilah (Arcila en español) se compone de una medina (la ciudad vieja amurallada) y una “Ville Nouvelle” (la ciudad moderna).
Asilah en árabe significa “la auténtica” y ese título resulta representativo al caminar por su reducido casco antiguo.
Sus grandes pórticos de entrada y rampas de acceso se mantienen originales de los tiempos bajo dominio de Portugal.
Lo mismo sucede con la arquitectura urbanística, decorada aún con una mezcla de puertas árabes, verjas andaluzas y luminarias portuguesas.
Lo más característico del pueblo son sin duda los colores de sus paredes.
La medina se presenta con sus muros pintados en azul y blanco, en una amalgama cultural entre lo atlántico y lo mediterráneo, pero que bien podría trasladarnos mentalmente a las islas griegas.
Si vas a Tánger no puedes perderte la visita de Asillah, te sobra con una mañana. Una maravilla.


Nuestro amigo Habib cerrando otro viaje para el día siguiente. El taxi es su oficina.









Vídeo resumen de Asilah

La vuelta a Tánger fue un pequeño caos por el embotellamiento y la caravana de coches que volvían a la ciudad. Era la hora punta. Además, íbamos con prisa porque aún teníamos que llegar al hotel, coger las maletas e ir a la estación de trenes que nos llevaría a Marraquech. Coche cama con tres literas, pero eso lo contaré en la siguiente entrada del 4º día. El caso es que el Sr. Hibab nuestro taxista se portó de maravilla. Nos llevó al hotel, parando antes en el camino para que nos comprásemos unos bocadillos para el viaje porque en el tren nos saldría muy caro. Luego nos esperó en el hotel mientras íbamos al lavabo, encargándose él de recoger nuestras maletas y junto al botones ponerlas ya en el maletero. Todo rápido porque íbamos muy justos de tiempo y perder ese tren hubiese sido todo un problema logístico en la organización del viaje. Le dimos los 300 Dh ( 30 €) pactados,  más una buena propina porque no nos pidió nada extra y se lo había ganado totalmente. Un campeón, SI SÑÓ.


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